Que te den, mira. Hoy me apetece rajar de mi jefe. Tengo un jefe, a priori, competente. Un jefe que está muy bien considerado, de los que merece la pena. O eso es lo que dicen la mayoría de trabajadores del centro donde estoy. 8211; Disculpa, puedo compartir tus cosas? Sin adjet.

Ves la piedra? Deja de mirarme, sólo mira la piedra. Puedes sentir cuán grande es? Casi ni cabe en tu pequeña mano. Palpa su tosca textura, unta un poco tus dedos con el polvo. Ojos verdes de repente aparecen. Será un gato o una de las tantas damiselas grises? 14 diciembre, 2016.

No cabía tanto atardecer en mis pupilas. La agonía de la luz confundía los colores en translúcida harmonía y, en el arco en que la tierra se besaba con el cielo, todo ardía. Los ojos se inundaron de tristeza y despedida. Una música imposible para el réquiem de una tarde. No cabía tanto adiós en mi mirada, tanto miedo al que aferrarme y el morir de tanta luz acabó por deslumbrarme.

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Pocas veces te digo cuando llenas mi vida, cuanto iluminas mis sombras, o como acaricias mi alma cansada con tu sonrisa. Pocas cuanto te echo de menos. Sólo sé sonreírte mientras me llenas del calor de tus manos. Y cuanto me costará ver desde la distancia tu camino. Y mientras, sólo sé hacer refugio entre mis brazos para cuando lo necesites. He de acostumbrarme a que te vayas y sin embargo a sentirte tan pegado a mi alma que el tiempo no exista.